Ensayo

El caso radical de Ayn Rand sobre el derecho al aborto

Ben Bayer
Ayn Rand Institute

[Traducción de Jonathan Mirus]

Con la controversia del aborto en boga, he escrito una serie de artículos sobre el tema en los cuales se aplica la filosofía de Ayn Rand, el Objetivismo, al debate. Sin embargo, algunos “aficionados” a Rand, quienes aparentemente asumen que ella era “conservadora”, han expresado incredulidad al saber que ella era una partidaria expresa del derecho al aborto.

Me gustaría reunir algunos pasajes diversos que se encuentran en distintas obras de Rand para indicar lo radical de su opinión sobre el derecho al aborto y cómo fluye de sus principios morales y políticos.

Tomando los derechos en serio

Algunas de las primeras y más importantes observaciones de Rand sobre el aborto se encuentran en una conferencia que pronunció en diciembre de 1968 en el Ford Hall Forum en Boston, titulada “Of Living Death” (De la muerte en vida). En la lectura, ella dibuja un rígido contraste acerca de su secular filosofía individualista y la filosofía religiosa de la Iglesia Católica. Sobre esta base critica la oposición católica a los anticonceptivos y al aborto.

En la perspectiva de Rand, los seres humanos tienen un derecho moral fundamental de perseguir su propia vida y felicidad individual. Por esta razón, no se tiene la obligación de servir a un objetivo o plan superior. El sugerir que una mujer tiene la “obligación” de someterse a un parto equivale a tratarla no como un ser humano individual con valores personales, sino como a una “yegua de cría” y a ser tratada (especialmente cuando es forzada a un parto de riesgo) como “un montón de gritos de carne podrida a quien no se le debe permitir imaginar que tiene derecho a vivir”.

Ni el embrión o el feto están siquiera física o psicológicamente individualizados de la madre, como ella lo está de otras personas. En uno de sus primeros comentarios públicos en 1967 sobre el tema del aborto, después de la lectura “The Wreckage of the Consensus” (los restos del consenso), en una sesión de preguntas y respuestas, Rand señaló cuándo es que, para ella, la vida de un ser humano comienza:

 “El hecho de nacer es un absoluto —eso significa que, antes de ese momento, el niño no es un organismo vivo independiente. Es parte del cuerpo de la madre. Sin embargo, al nacer, un niño es un individuo y tiene los derechos inherentes en la naturaleza de un humano.”[1]

Por esta razón, Rand tenía desprecio por la oposición al aborto en nombre de la “santidad de la vida”. De nuevo en “Of Living Death” explica por qué únicamente la mujer individual (y no el embrión o feto) tiene derecho a la vida:

“Un embrión no tiene derechos, los derechos no pertenecen a un ser potencial, sólo a un ser concreto. Un niño no puede adquirir ningún derecho hasta que nace. Lo vivo tiene precedencia sobre lo que aún no está vivo (o lo no nacido).

El aborto es un derecho moral — el cual debe ser otorgado exclusivamente a la elección de la mujer involucrada. Moralmente, nada más que su deseo debe ser considerado ¿Quién puede, acaso, tener el derecho de dictarle qué disposición debe realizar sobre el funcionamiento de su propio cuerpo? La Iglesia Católica es responsable de las vergonzosamente barbáricas leyes antiaborto en este país, las cuales deben ser repudiadas y abolidas.”[2]

En este pasaje, Rand declara que un niño no puede adquirir derechos hasta qué este nace, lo cual significa que el feto no tiene derechos, incluso en las etapas más tardías del embarazo.[3] Ella desarrolla un punto similar en el último artículo de su publicación The Ayn Rand Letter:

“No importa el vicioso sinsentido de afirmar que un embrión tiene ‘derecho a la vida’. Una pieza de protoplasma no tiene derechos, ni vida en el sentido humano del término. Uno puede discutir sobre las últimas etapas de un embarazo, pero la cuestión esencial se refiere sólo a los primeros tres meses. equiparar un ser potencial con un ser real es vicioso; abogar por el sacrificio de este último por el primero, es indescriptible.”[4]

Responsabilidad Personal

Muchos conservadores se oponen al aborto en nombre de la “responsabilidad personal”, sin embargo, esto es un engaño. Evitar que una mujer termine un embarazo no deseado es privarla de tomar el control de su propia vida. “La tarea de criar a un niño”, observa Rand, “es una responsabilidad tremenda y de por vida, que nadie debe asumir sin darse cuenta o sin tener la voluntad de hacerlo”.[5]

Para Rand, el derecho al aborto protege a las mujeres que deciden no asumir la responsabilidad de criar a un hijo. En “The Age of Mediocrity” (La era de la mediocridad), su crítica de 1981 sobre el nulo apaciguamiento hacia los (en sus palabras) “místicos militantes” durante la administración de Reagan, explica cómo este derecho protege a las mujeres que desean llevar vidas humanas reales, en lugar de soportar un estado de “muerte en vida”:

“Como he dicho antes, la crianza es una responsabilidad enorme; imposible para las personas jóvenes que son ambiciosas y que luchan, aunque sean pobres – particularmente si ellos son inteligentes y lo suficientemente conscientes para no abandonar a su hijo sobre los peldaños de una escalera o para entregarlo en adopción. Para personas tan jóvenes, el embarazo es literalmente una sentencia de muerte: la maternidad los obligará a renunciar a su futuro y condenarlos a una vida sin esperanza, de trabajos penosos, de esclavitud para las necesidades físicas y financieras del niño. La situación de una madre soltera, abandonada por su amante, es incluso peor”.[6]

Rand sugiere que aquellos que condenarían a una persona al “horror” de esta vida de trabajo pesado están motivados “no [por] amor a los embriones, lo cual es una tontería que nadie podría experimentar, sino [por] odio, un virulento odio por un objeto sin nombre.”

Derecho al aborto hasta el nacimiento

En el pasaje que cité arriba de “A Last Survey” (Una última encuesta), Rand anota que uno “podría discutir sobre las últimas etapas del embarazo, pero el problema esencial concierne sólo a los tres primeros meses.” Algunos fanáticos de Rand citan esta línea para sugerir que ella se habría opuesto al derecho al aborto durante las últimas etapas de gestación. Esta es una interpretación equivocada.

Anteriormente en el artículo, Rand indicó su opinión de que la oposición al aborto es una confesión de un “mal filosófico fundamental en las convicciones de una persona.” Su principal evidencia de esto es que “nadie tiene nada que ganar [con la postura antiabortista] y, por lo tanto, su motivo es pura mala voluntad hacia la humanidad.” Al señalar que se puede discutir sobre las últimas etapas del embarazo, está calificando su juicio sobre las personas que se oponen al aborto. En las últimas etapas del embarazo, no es tan obvio que el feto “no tiene vida en el sentido humano del término”, y su oposición no es necesariamente por mala voluntad. Aun así, esto no significa que ella piense que la oposición al aborto en etapas avanzadas de gestación es correcta.

Es crucialmente importante que en “Of Living Death,” Rand sostiene que “un niño no puede adquirir ningún derecho hasta que nace.”[7] Rand argumenta enérgicamente que la única función adecuada del gobierno es proteger los derechos. Un gobierno apropiado no tiene poder para aprobar leyes que protejan a los fetos que están en la última etapa de gestación: como entidades no nacidas que dependen de la madre, no tienen derechos.

Al considerar también una breve nota que Rand escribió para The Objectivist, poco después de “Of Living Death” a propósito de la liberalización del aborto en Nueva York – unos 4 años antes del caso Roe contra Wade – ella escribe lo siguiente:

Una postura consistentemente adecuada sobre este tema requeriría la derogación total de la ley que prohíbe el aborto. [Énfasis del autor] Es probable que esto no se apruebe actualmente, pero el tipo de leyes enmendadas que se han propuesto representaría un gran paso adelante, salvaría muchas vidas y aliviaría una cantidad incalculable de sufrimiento humano — con tal que incluyan una cláusula que permita el aborto legal cuando el embarazo pone en peligro la salud física o mental de una mujer. Tal cláusula protegería a una mujer de la desesperación de por vida y le daría la oportunidad de hacer valer sus derechos.

[…] Una cláusula que incluya la protección de la salud mental de una mujer es esencial para una reforma significativa de la ley del aborto. Sin ella, cualquier reforma aprobada sería peor que ninguna: sería un pretexto que podría retrasar la reforma real por otros 86 años.”[8]

El proyecto de ley en cuestión, cuya versión finalmente se aprobó en 1970, permitía abortos hasta las 24 semanas.[9] Esta ley estuvo vigente hasta hace muy poco en Nueva York. Es significativo que Rand considerara este proyecto de ley de 1970 como una medida a medias en el camino hacia la derogación total de las leyes que prohíben el aborto. Podría decirse que la ley que recientemente se aprobó en Nueva York que legaliza todos los abortos después de las 24 semanas es el proyecto de ley que Rand habría apoyado.[10]

“Probablemente el asunto más importante”

Debido a que Rand pensó que la mayoría de la oposición al derecho al aborto estaba motivada por el odio, no por una preocupación genuina por la vida humana o los derechos individuales, vio el problema del aborto como una especie de “prueba de fuego” para juzgar a los candidatos políticos.

En “Last Survey”, de 1976, ella instó a sus lectores a no apoyar la nominación de Ronald Reagan como candidato republicano a la presidencia debido a su oposición al derecho al aborto. En respuesta a otra pregunta sobre el aborto ese año, ella opinó sobre Reagan: “Si él no respeta ese derecho fundamental, no puede ser un defensor de ningún tipo de derechos.”[11] En un comentario separado sobre las elecciones al Senado de 1976 en el estado de Nueva York, Rand comentó sobre la plataforma antiabortista de James Buckley:

“Cualquiera que niegue el derecho al aborto no puede ser un defensor de los derechos, punto. Lo que tienen en mente es esclavizar a todo ser humano que esté lo suficientemente vivo como para tener algún tipo de vida sexual, esclavizarlo a la procreación como el tipo de animal de granja más bajo, más bajo porque cuando los animales de granja son criados, al menos los criadores cuidan de ellos…  Pero aquí haces de los jóvenes, personas enamoradas, esclavos de la procreación involuntaria y no les dices qué hacer al respecto […]

Los conservadores religiosos están para destruir el sistema bipartidista en este país, están para destruir el Partido Republicano. Ahora el Partido Republicano, como cualquier “defensor” de la libre empresa en todo el mundo está muy ocupado intentando suicidarse. Los conservadores religiosos son puros fascistas. Ni siquiera les interesa la libre empresa; están para controlar, y lo que es peor, siempre para controlar espiritual, moral e intelectualmente. Oh sí, podrían dejarte un poco de libertad para trabajar por un tiempo; es la libertad intelectual lo que quieren cortar […]

Un “aliado” quien se acerca a ti, pero que comienza desde premisas opuestas es mucho más peligroso que un enemigo leve. Yo votaría por un liberal sobre Buckley en cualquier momento.”[12]

Rand mantuvo también esta posición durante las elecciones presidenciales de 1980. Ella dijo que, aunque a menudo votaría por los republicanos, no votaría por Ronald Reagan debido a su deferencia hacia los conservadores religiosos y la oposición al aborto:

“Considero que el aborto es probablemente el tema más importante porque los antiabortistas tienen motivos muy malvados. Porque no tienen interés en los seres humanos, sólo en los embriones; y porque quieren atar una familia humana a la reproducción de una granja de animales. Eso es lo que una criatura como Reagan [quiere]: él sale para dictar a los jóvenes lo que van a hacer con su vida. ¿Van a tener la oportunidad de una carrera o van a ser animales reproductores? No puedo comunicar lo despreciable que es”.[13]

Si usted piensa sobre este tema, es posible que aún no esté de acuerdo con las opiniones de Rand sobre el aborto o con su evaluación de las personas y los políticos que se oponen (en su mayor parte, estoy de acuerdo con ella). Sea lo que sea que usted piense, es importante reconocer el punto de vista de Rand sobre lo que es: una defensa moral y de principios del derecho al aborto que no sólo está fundamentalmente en desacuerdo con los conservadores religiosos, sino también radicalmente diferente de lo que la mayoría de los demócratas y diversos “liberales” ofrecen hasta el día de hoy.

Imagen: propiedad de Leonard Peikoff / Crédito: Ayn Rand Archives

The Ayn Rand Institute has granted permission to El Gallo Galante to translate this article in its entirety to Spanish from its original English version, but cannot guarantee the reliability of the translation and does not necessarily endorse other content on this site.


[1] Ayn Rand, sesión de preguntas y respuestas después de “The Wreckage of the Consensus” (Ford Hall Forum, 1967, edited transcript in Robert Mayhew (ed.), Ayn Rand Answers: The Best of Her Q&A (New York: New American Library, 2005, 126).

[2] Ayn Rand, “Of Living Death,” part 2, The Objectivist, October 1968 (published December 1968), 534. Republished in The Voice of Reason: Essays in Objectivist Thought (New York: New American Library, 1990), 58–59. 

[3] He elaborado las razones de Rand para esta perspectiva y como depende de su visión general de los derechos en mi ensayo “Science without Philosophy Can’t Resolve Abortion Debate” (La ciencia sin filosofía no puede resolver el debate del aborto) New Ideal (August 27, 2018).

[4] Ayn Rand, “A Last Survey – Part I,” The Ayn Rand Letter (December 1975): 383.

[5] Rand, en Ibid.

[6] Ayn Rand, “The Age of Mediocrity,” (Ford Hall Forum, 1981, edited transcript in Harry Binswanger (ed.), The Objectivist Forum (June 1981): 3. Hay mucha evidencia de que lo dicho por Rand sobre el tema está en lo cierto. Ver Olga Khazan, “Why So Many Women Choose Abortion Over Adoption,” The Atlantic, May 20, 2019.

[7] Ella lo repite en las preguntas y respuestas después de “The Wreckage of the Consensus” (Ford Hall Forum, 1967; Mayhew, Ayn Rand Answers, 126–27).

[8] Ayn Rand, “A Suggestion,” The Objectivist (February 1969): 595.

[9] En su apunte, Rand comenta el proyecto de ley con base en: Sydney H. Schanberg, “Albany Action on Abortion Reform Seen as Likely,” New York Times, January 30, 1969. El eventual paso de la ley se discute en Richard Pérez-Peña, “’70 Abortion Law: New York Said Yes, Stunning the Nation,” New York Times, April 9, 2000.

[10] La Ley de Salud Reproductiva, Proyecto de Ley del Senado de Nueva York S240 (2019-2020 sesión legislativa).

[11] Sesión de preguntas y respuestas después de “The Moral Factor” (Ford Hall Forum, 1976, edited transcript in Mayhew, Ayn Rand Answers, 17).

[12] Sesión de preguntas y respuestas después de Leonard Peikoff, “The Philosophy of Objectivism,” Lecture 5 (1976, edited transcript in Mayhew, Ayn Rand Answers, 66–68).

[13] Sesión de preguntas y respuestas después de Leonard Peikoff, “Objective Communication,” Lecture 1 (1980, edited transcript in Mayhew, Ayn Rand Answers, 54).


Ben Beyer
Doctor en Filosofía por la Universidad de Illinois, Urbana-Champaign. Instructor y miembro del Ayn Rand Institute. Enseña en el Centro Académico Objetivista, da conferencias y entrevistas para ARI. Escribe y es editor asociado de la publicación en línea New Ideal, del mismo instituto. Ha sido publicado por la American Philosophical Quarterly, The Hill, Quillette, entre otras. Su escritura está centrada principalmente en la aplicación de la filosofía a las controversias culturales y políticas contemporáneas.


Jonathan Mirus
(Guanajuato, 1993) Licenciado en Letras Españolas por la Universidad de Guanajuato. Es cocreador y editor de la revista El Gallo Galante. Ha colaborado en la revista Polen de la Universidad de Guanajuato, Cardenal, Los Demonios y los Días y Punto de Partida UNAM, entre otras. Participó en el VIII y X Festival de Poesía de Fusagasugá, Colombia.

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