Poder no tengo,
la órfica lira no
soy, sino el viento
de Ícaro alado
que traza el horizonte
con cera y cálamos.
El alba abrasa;
cuales dioses los vimos
en alto erguirse
¡Míralo caer Dédalo!
¿Quién expiará
sobrino e hijo?
Los rayos lloran,
calman las olas,
descienden plumas rotas,
y la caída
vislumbra en sus pupilas
de mármol claro,
bautiza el mar naciente
el grito mudo,
en mi reflejo.
Rompe el destino.
Llagado, en la orilla
del mundo, náufrago,
evoca el cielo délfico;
con firme mástil,
surca las aguas.
Como cambiante nube,
vuela el martierra,
navega el aire.
Como Ulises mañero,
entre islas griegas,
tras larga ausencia.
Como Sinbad, varado
por el oriente,
buscando siempre…
el solitario sol,
viajero inmóvil,
alado Yo.
Poder no quiero,
la órfica lira no
soy, sino el viento.
Foto por Sebastian Voortman de Pexels
Jonathan Mirus
(Guanajuato, 1993) Licenciado en Letras Españolas por la Universidad de Guanajuato. Es cocreador y editor de la revista El Gallo Galante. Ha colaborado en la revista Polen de la Universidad de Guanajuato, Cardenal, Los Demonios y los Días y Punto de Partida UNAM, entre otras. Participó en el VIII y X Festival de Poesía de Fusagasugá, Colombia.